UN LEGADO de Rosa Regás
Posteriormente, me he encontrado de Rosa Regás Un legado y he leído con interés este repaso de su vida, algunos de cuyos datos ya conocía del primer libro citado: sus vacaciones en Cadaqués, su encuentro con Dalí, sus años en la editorial Barral y, entre más cosas, sus opiniones sobre personajes que luego se hicieron famosos como Jordi Pujol, un estricto cumplidor de normas de buena conducta, que luego se descubrieron como una pantalla para cobrar, durante su mandato al frente de la Generalitat, un 3% de comisión a empresarios, constructores... para incremento patrimonial propio. Un auténtico modelo de hipocresía llevado a su máxima expresión.
LA BELLA BESTIA de Alberto Vázquez-Figueroa
(Madrid,
Planeta, 2012)
Otra muestra más de la crueldad y la falta de compasión de algunos seres humanos con sus semejantes, esta vez impelida por el fanatismo hacia su descerebrado líder, que originó el mayor conflicto bélico de la historia y la ruina de 60 millones de personas, que fueron heridas, desplazadas, asesinadas, violadas, fusiladas y/o exterminadas sin compasión alguna, basándose en ideas totalitarias y propias de un demente.
LA CANCIÓN DE DOROTEA de Rosa Regás
(Madrid,
Planeta, 2001)
La histeria que sufre la protagonista, que acaba convirtiendo la historia en una obsesión, se la acaba pasando al lector, por lo que este sigue penosamente el discurrir de la trama hasta llegar con los nervios en vilo al punto final; no obstante, con la sensación de que ha leído una aceptable novela.
BÍMINI de Alberto Vázquez Figueroa
Es un libro enrevesado que mezcla dos personajes con dos acciones,
que se entrelazan pero sin mucho sentido, todo para cerrar la narración con la
sorpresa que suele deparar Vázquez Figueroa a sus historias, no sabemos bien si
basadas en la realidad o en la ficción.
Aunque de cualquier forma son impactantes: la forma de traficar con dinero sin pagar impuestos es convertirlo en oro y fundirlo con forma de ancla de un crucero; antes de llegar a puerto lo sueltan en aguas poco profundas, instalan en su lugar un ancla normal, así pasan sin problemas las inspecciones portuarias, y luego recogen sin contratiempos el que han dejado hundido.
LAS TIERRAS ALTAS DE ALBANIA de Edith Durham
(Madrid,
La línea del horizonte, 2021)
La autora es una viajera de principios del siglo XX, que recorre las tierras altas de Albania durante dos décadas y deja documentos imprescindibles de sus viajes para entender no sólo su geografía sino también su gente.
Sin embargo, he leído el libro solo hasta la mitad, pues puede resultar importante desde el punto de vista antropológico, pero es un tema que no me interesa. Si he leído hasta donde lo he hecho, ha sido porque la autora destaca mucho la deuda de sangre, una costumbre salvaje, que es generadora de una constante y demencial violencia, por motivos vanos (el robo de un animal, un comentario desafortunado, la fuga de una mujer oprimida, un asunto de lindes…).
Este hecho muestra lo imprescindible que es la educación, pues lo demás es atraso, violencia y venganza. Así lo reconocen personajes analfabetos, que aparecen en el libro, y la necesidad de acabar con la deuda de sangre, pero también advierte de la imposibilidad de erradicarla pues, de una u otra manera, a estas alturas de la Historia, todos están implicados en las venganzas consiguientes y no pueden parar de actuar según la costumbre, pues se verían víctimas de una deuda de sangre por no cumplir con la anacrónica tradición. ¡Qué locura!