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"LOS POETAS EXTREMEÑOS EN LA LÍRICA ESPAÑOLA DE AYER Y HOY" (MIS ARTÍCULOS III)

40.-LOS POETAS EXTREMEÑOS EN LA LÍRICA ESPAÑOLA DE AYER Y HOY”, Empresa '92 (Mérida), mayo de 1996, pp. 107-111. Ensayo extenso...

"POESÍA EN EL VINO" (Comunicación), Almendralejo, XVIII Jornadas de Viticultura y Enología Complejo Cultural "Santa Ana", mayo 1996.
 El vino, siempre ha tenido una importancia capital en la cultura mediterránea por sus extraordinarias cualidades para provocar la alegría y animar el esparcimiento e influir positivamente en la apertura del espíritu y de la mente, la salud física y las relaciones humanas. Al vino lo han ensalzado reyes y plebeyos, médicos y curanderos, madres de hijos enclenques y guerreros corpulentos ... Incluso, muchos poetas lo han utilizado como asunto central de poemas que, globalmente, constituyen una de las pocas páginas placenteras de nuestra Lírica, en general, caracterizada por el tratamiento de temas tristes y angustiosos.
 En la Historia de nuestra poesía, desde sus mismos orígenes, existen muestras de ese aprecio por el vino. Como ejemplo, citamos al primer poeta conocido de nuestra lírica, Gonzalo de Berceo, quien en la segunda estrofa de su Vida de Santo Domingo de Silos equipara su maestría versificadora con el alto valor que, ya en aquella época, se le atribuía al vino:

                                                   Quiero fer una prosa en román paladino
    en qual suele el pueblo fablar con so vecino,
    ca non so tan letrado por fer otro latino,
    bien valdrá, como creo, un vaso de bon vino.

 Actualmente, otros poetas se han dejado seducir por este jugo de la vid como es el caso de Jesús Martínez Alvarez, un soriano que ha aprendido a amar nuestra tierra conociéndola y a descubrir su tesoro más preciado, los campos de viñas de Almendralejo y la Tierra de Barros, cuyas notas cromáticas nos ha dejado grabadas en la plástica espiritualidad de este poema: 
                                                                            Almendralejo
                                                                
                                                                 Cuadrículas.
 Coordenadas y ordenadas.
 Meridianos, paralelos,
 en superficie plana:
 la vid.
 Término de Almendralejo.
 Corazón Tierra de Barros.
 Tierra roja.
 Tierra gorda.
 Producís néctar de Baco
 con salpicones de olivo.
 Alegría,
 lo divino:
 el vino.

  Y, entre los poetas citados, nos encontramos con el vate más extraordinario que ha dado esta tierra nuestra por su personalidad, su poderosa fuerza espiritual y la trascendencia de su obra lírica, Jesús Delgado Valhondo que, con su humanísima sensibilidad de poeta y de buen bebedor del néctar de la vid, describió las múltiples sensaciones que le sugería el vino en un artículo, cuyo título es "Saber beber", que fue publicado el 14 de septiembre de 1960 en el periódico Hoy de Badajoz.
 Y este producto, que tan generosamente ofrece nuestra Tierra de Barros, de proscrito por las Asociaciones Antialcohólicas y olvidado por las nuevas generaciones de jóvenes en edad de tomarlo, pasa a ser, en la voz de Jesús Delgado Valhondo, un elemento necesario para el cuerpo y el espíritu humano, y saber beberlo se convierte en muestra de educación, elegancia e inteligencia.
 Jesús Delgado Valhondo apreciaba el vino porque, como buen poeta y auténtico extremeño, sabía sentir a Extremadura y a la Tierra de Barros en su producto más emblemático, y pudo poetizarlo porque poseía la sensibilidad necesaria para contemplarlo y paladearlo. "Saber beber una copa de vino es un arte", decía.
 Valhondo, extremeño de nacimiento y convicción, por medio del vino llegaba mejor al corazón de la gente de su tierra (la nuestra) y disfrutaba en la barra de un bar con una copa de vino en la mano entre gente sencilla de la calle, con la que se reunía para copear, charlar y reír abiertamente, sin trabas ni obstáculos, animado con la sutileza, imaginación y agilidad mental que da el vino y su poder de conjurar las preocupaciones, la introversión ... y aportar fuerzas al cuerpo y optimismo al espíritu: "El vino aleja la pena, la tristeza y el dolor. El vino consuela, suprime la timidez, fortalece el ánimo, ahoga los problemas, alegra el corazón. El vino es fiesta del espíritu; nos hace optimistas, porque nos presenta el mundo dulcificado", afirmó rotundamente Jesús Delgado Valhondo.
 Además su extraordinaria capacidad de trascender cualquier asunto, lo llevó a concebir el vino como un medio para encontrar nuestras raíces extremeñas, aprendiendo a saber estar con la gente de su tierra en torno a unas copas de vino: "Para buscar a un hombre hay que venir a un pueblo. Hay que venir aquí si deseamos de verdad encontrar las raíces de nuestra verdad, de nuestra existencia como extremeños, como hombres de la tierra. Soy extremeño de pura cepa y me gusta estar entre los hombres de mi tierra. Hablar con ellos, beberme un vaso de vino (si es tinto mejor) con ellos. Reír y también sufrir con ellos", dijo sentidamente a la gente, que se reunió para escucharlo, en un pueblo de nuestra tierra.
 Jesús Delgado Valhondo, un poeta eminentemente espiritual, encontraba en el vino propiedades que afectaban positivamente al estado anímico del ser humano, hasta el punto de hallar en el mosto de la uva una veta espiritual reconfortante sobre el que reflexionó poéticamente tomándolo como asunto para poetizar con un lirismo creativo y sutil y, además, utilizó como bálsamo para su estado emocional cuando se encontraba decaído: "En el vino se saborea la vida. Es sangre de la tierra, diamante líquido. Su aroma nos recuerda la campiña en que nace, los lentos atardeceres en que fructifica y nos sugiere variadas sensaciones: Campos inmaculados, viñas ordenadas en hileras y cuadrículas, trabajo pulcro, superación humana, prosperidad, optimismo, ..."
 No olvidó, Jesús Delgado Valhondo, amable compañero de copas, hacer una sutilísima descripción de los efectos beneficiosos que produce el vino como acompañante del buen bebedor o como aliado de las charlas, reuniones o tertulias, que forman espontáneamente varias personas alrededor de unas copas de vino, creando una imagen exclusiva de nuestro país y nuestra región, donde predomina un talante espontáneo, abierto y sincero: "Aclara la mente, ensancha el corazón, suscita y anima la charla, aviva los ojos, sonríe la boca. El vino es un buen amigo, que nos acompaña, nos alienta y nos llena de esperanza".
 Curiosamente, la publicación del artículo "Saber beber" fue muy celebrado por sus compañeros de copas, que redactaron un gracioso y significativo escrito, en el que, aparte de reconocer a Delgado Valhondo, su autor, como gran escritor por la sensibilidad y maestría en la redacción, le ofrecían un homenaje consistente en unas rondas de vino español, en "La Universidad", nombre también significativo con el que denominaban a la taberna donde se reunían los componentes de aquella simpática e informal tertulia.
 El texto de este curioso homenaje escrito dice así: "Con motivo del artículo publicado en la prensa por don Jesús Delgado Valhondo por el que ensalza las virtudes del mosto español, los firmantes del presente reconocen la gran clase de escritor del Sr. Delgado Valhondo y, al mismo tiempo, le agradecen los conceptos tan elevados que de los adoradores del dios Baco expresa en su citado artículo 'Saber beber', publicado en el 'Hoy' de Badajoz. Y en prueba de este reconocimiento proponemos que se haga un íntimo y sincero Homenaje a tan destacado escritor, y podría consistir en unas copas del vino que tan magistralmente describe servido por esta Universidad y cada uno de los asistentes aportaría el pago de una ronda".
 Este poema de Jesús Delgado Valhondo, publicado en su “Canto de Extremadura" puede servir como ejemplo de su aprecio espiritual por el vino y de la trascendencia con que envolvía su contemplación meditada de las viñas:
                                                                                 Viñas

                                            Brazos y viejos dedos de tierra están clamando
el verde de unas hojas, la perla de su fruto
para mujer desnuda, nueva Eva llamando
al escondido sueño en la sombra del bruto.

Todo viñedo tiene andando entre su tarde,
bajando luz de viento, ángeles de la brisa;
y el demonio que, luego en una copa arde,
en una llama llena de llantos o de risas.

Como olivar y trigos es bíblica la viña.
Viñedos extremeños, campo que siempre encierra
abuelos soleados en juegos de una niña
que vive de la sangre de un corazón de tierra.

 Actualmente, las furibundas campañas emprendidas por los representantes de la cultura light contra el alcohol por motivos que, muchas veces suelen ocultar intereses oscuros, demuestran un desconocimiento total de los beneficios físicos y espirituales que reporta el vino, si se sabe beber.
 No les vendría mal a estos salvadores del mundo conocer las ideas que Jesús Delgado Valhondo vierte en este excepcional artículo, pues comprenderían que saber beber implica beber sin vicio y beber con arte. Dos buenos fundamentos para oponer a los que no saben beberlo, se embriagan y lo desprestigian, y a los que, sistemáticamente, arremeten indirectamente contra la cultura del vino cuando persiguen indiscriminadamente el consumo de alcohol, porque no han aprendido el arte de contemplar y paladear el vino, que no es un invento artificial ni interesado ni intrascendente como la moda de lo ligero, que ni sabe, ni huele, ni tiene color y, por supuesto, no abriga valor espiritual alguno.

-"JESÚS DELGADO VALHONDO EN MÉRIDA", El espejo, revista de la AEEX (Badajoz), nº 1, 1996, pp. 48-50.
Presentar Poesía Completa de Jesús Delgado Valhondo, como autor de la edición, la introducción y las notas es una triple satisfacción personal:
1º) La primera es debida a que se presenta en Mérida, en la ciudad natal de Jesús Delgado Valhondo donde nació el 19 de febrero de 1909 en la calle “Los maestros”. Este hecho, teniendo en cuenta el sentido trascendente que le imprimía a cualquier suceso de la vida cotidiana, no era para él un dato anecdótico sino un acontecimiento fundamental en su vida y en su poesía pues, aunque conscientemente le infundió a sus versos un sentido universal y a la ciudad sólo le dedica tres poemas (uno editado en El año cero y los otros fuera de su obra poética), Mérida estaba en el centro geográfico de Extremadura, la tierra que constituía su mundo y se distinguía de las demás por una personalidad moldeada por un clima que, según sus palabras, “besa o castiga denonadamente”, imprime carácter al extremeño, rudo y afable, idealista y montaraz, conforma el paisaje de la tórtola y de la encina, de dos dos ríos míticos, el Tajo y el Guadiana. En su artículo “Cimas extremeñas”, JDV aseguró: "Al cronista le ha preocupado siempre mucho su tierra: Extremadura. Procuró enterarse de su cultura. Estuvo metido en lectura y amistades con libros y arqueólogos y geólogos. Porque quería saber la raíz de su existencia. Saberla y removerla hasta la simas, hasta ese punto oscuro que nos absorbe. [...] Extremadura es por sus dimensiones físicas y por esa otra dimensión espiritual una hermosa nación".
 Pero este comentario no debe entenderse como que JDV tenía un sentido folklórico, regionalista o nacionalista de su región. Para JDV, Extremadura constituía el paisaje donde había nacido, donde vivía y adonde finalmente volvería para reintegrarse a la tierra; de ahí que en su lápida esté esculpida esta frase: “Ya soy tierra extremeña”. En las dos últimas estrofas del primer poema de “Canto a Extremadura” titulado “Castillo” expone con profunda emoción su sentir por ella: 

     Debajo está la tierra, ancha tierra extremeña
dilatando su pecho en inmenso suspiro,
tiene puesto su traje de campo, de estameña
de franciscana sangre que en el alma respiro. 
     Cielo y tierra: paisaje. Mi corazón mendiga
el surco del otoño como grano de trigo,
quiero quedarme toda esta enorme fatiga
en el milagro hermoso de morirme contigo.

Bien, pues en el centro de esa tierra especial para nuestro sentido poeta estaba situada Mérida, el lugar donde no sólo había nacido sino además donde, a través de sus ruinas históricas, se enraizaba directamente con la esencia del ser extremeño. Por esta razón aseguraba: “Andar Mérida es ir dentro del alma de Extremadura”. Esta atracción espiritual por Mérida JDV la explicó en el discurso de agradecimiento por ser nombrado hijo predilecto de la ciudad:
 “Algo que no sé explicar me hace dependiente de este paisaje, del alma de la ciudad, de este ambiente que te rodea como un aura de gloria […]. Y de sus silencios […]. Y [de] esta soledad que se siente en Mérida que es amante solidaria y, además, humilde” (julio 1993).
Este sentido trascendente es el que provocó su preocupación por cómo el progreso estaba maltransformando la configuración de los dos mil años de historia de su ciudad, que dejó escrita en el poema “Mérida”:

Mérida, ¿dónde has ido
que no te siento?

Contrarias nuestras vidas
se nos están perdiendo.

(Duerme la estatua, frío,
sobre su tiempo;
arco de puente y río,
dolor de sueño).

Tú te mueres de joven
y yo de viejo.

Mérida, yo te piso
y tú ¡qué lejos!

2º) La segunda satisfacción que siento al presentar la PCJDV es debida a que, después de cuatro años de trabajo, haya visto la luz esta edición que se hacía necesaria. Y lo eraporque la unidad, la coherencia y la evolución de la obra poética de Jesús Delgado Valhondo requiere una lectura continuada y total. Y esto no era posible hasta el momento por tres razones:
 Una, porque los libros de poemas de Jesús Delgado Valhondo estaban agotados y varios de ellos desde que se editaron, pues la corta tirada que se realizaba por entonces se distribuía entre los suscriptores de las colecciones o revistas editoras y no sobraban ejemplares para el resto de los lectores. Así sucedió por ejemplo con La muerte del momento que, editado por la revista Gévora de Badajoz, sólo tuvo una tirada de 125 ejemplares. Y sin embargo es uno de sus poemarios fundamentales.
 En 1988, se solucionó este problema recopilando en Poesíalos libros editados por el poeta hasta aquel momento, es decir, desde Hojas húmedas y verdes a Los anónimos del coro, pero la edición de Poesía también se encuentra agotada hace varios años.
 Hasta la aparición de PCJDV sólo se podían conseguir ejemplares de Huir, su último libro de poemas, gracias a la Campaña de Fomento de la Lectura “Un libro, un euro”, que propició su reedición hace unos meses.
 La segunda razón por la que decía que era necesaria la edición de la Poesía completa de Jesús Delgado Valhondo es que sus tres primeros libros se encontraban inéditos hasta el momento. Eran desconocidos por tanto y, aunque son producto de experiencias noveles, resultan fundamentales en su obra poética porque Canciúnculas contiene la imagen del árbol solo, símbolo central de su poética; Las siete palabras del Señor expone sus tempranas y fuertes preocupaciones religiosas y Pulsacionesrecoge la síntesis de temas, formas y contenidos sobre los que iba a cimentar su obra poética.
 Y la tercera razón de la necesidad de la edición de la PCJDV es que, aparte de los poemas recogidos en los libros que conforman su obra poética, Jesús Delgado Valhondo tenía en su archivo particular numerosos poemas inéditos y otros muchos dispersos en los más variados medios de difusión escritos desde revistas de Ferias a otras literarias de alcance internacional, a los que el lector no tenía fácil acceso.
 En fin, la edición que ahora presento era necesaria por unas razones que en conjunto perseguían el objetivo de posibilitar el conocimiento pleno de la poesía de JDV, hasta hoy conocida parcialmente.
 La edición se halla estructurada en tres partes. La primera es la Introducción, que comienza con un análisis de los fundamentos de la vida, la poética y la poesía del poeta, titulado “Jesús Delgado Valhondo, un hombre cualquiera”. Le sigue la bibliografía, cuya amplitud y variedad indica el interés despertado por la poesía de Jesús Delgado Valhondo en los últimos sesenta años. Posteriormente aparecen los criterios de edición, donde se indica que el objetivo de la compilación es cumplir dos deseos insatisfechos del poeta: reeditar sus libros agotados y hacerlo con rigor, pues no estaba conforme con la edición que le habían realizado de algunos de ellos. Después van las siglas y abreviaturas y finalmente, se pueden leer los agradecimientos.
 La segunda parte de la edición es la Obra poética, que agrupa a los dieciocho libros de poemas de JDV: Canciúnculas, Las siete palabras del Señor, Pulsaciones, Hojas húmedas y verdes, El año cero, La esquina y el viento, La muerte del momento, La montaña, Aurora. Amor. Domingo, El secreto de los árboles, ¿Dónde ponemos los asombros?, La vara de avellano, Un árbol solo, Inefable domingo de noviembre, Inefable noviembre, Ruiseñor perdido en el lenguaje, Los anónimos del coro y Huir.
 Estos libros no son una mera relación de títulos sino que forman un todo, es decir, una obra con una construcción muy meditada que responde a una unidad, pues todo en ella gira en torno a la soledad humana y la búsqueda de Dios. Todos los poemas y libros se relacionan coherentemente, pues están integrados en una estructura con cuatro partes perfectamente enlazadas. En conjunto, forman una obra amplia; son dieciocho libros, elaborados durante 60 años. Su contenido se refiere a reflexiones trascendentes y su forma se encuentra adaptada a una doble evolución: a la espiritual del poeta y a las transformaciones de la poesía española desde 1930 a 1993.
 Y la tercera parte de la edición, titulada “Y otros poemas”, se distribuye en dos apartados: uno, denominado “poemas de carácter existencial”, que Jesús Delgado Valhondo escribió para incluir en alguno de sus libros y luego desechó por algún motivo como, por ejemplo, la necesidad de reducir el número de poemas a la hora de editar un libro como en el caso de La esquina y el viento.
 El otro apartado se titula “poemas de circunstancias”, que son canciones, himnos, homenajes, poemas de Extremadura, de la pasión, (pseudo)navideños y textos vanguardistas, que Jesús Delgado Valhondo escribió animado por algún hecho puntual y no pensó incluir en su obra poética.
 Toda la edición está complementada con notas, que no van a pie de página sino al final de la parte o del libro que anotan, para favorecer una lectura libre de influencias o bien, si el lector así lo desea, para recabar información sobre versos, poemas y libros, de los que se comentan variantes, versiones y circunstancias que rodearon su composición.
La edición se recoge en tres tomos: El primero contiene la Introducción y parte de la Obra poética de Jesús Delgado Valhondo, desde Canciúnculas a La muerte del momento. El segundo tomo acoge el resto de su Obra poética, desde La montaña a Huir. Y el tercer tomo reúne 200 poemas existenciales y de circunstancias, bajo el título de “Y otros poemas”.
3º) Y, por último, la tercera satisfacción se produce porque la PCJDV se presente en una biblioteca, y que esta biblioteca sea de su ciudad y que además lleve su nombre y, por si fuera poco, esté situada junto al Guadiana, formando un maridaje de cultura, espíritu y naturaleza en donde se hubiera sentido muy a gusto, pues de la biblioteca pensaba que “Un libro es un monumento. Muchos libros, una ciudad monumental, un mundo. Una biblioteca, un universo” y con el río mantuvo una estrecha relación:
 "El poeta, a solas, en algún atardecer de verano, silenciosamente, como si cometiese un hecho impúdico, se ha bañado en las aguas del Guadiana. Se ha metido entre sus secretos, con inconfesable placer. [...] El poeta ha subido otra vez al puente y bajo la azafranada luz, recita su poema. El poeta arruga entre sus manos un papel que acaba de escribir: el poema. Y lo tira al río. Mira y escucha" (“El poeta y el Guadiana”, Hoy, 5-1-61).
 Ya hace una década que JDV no está con nosotros, pero estoy seguro de que su espíritu agradecido nos acompaña esta noche, porque ha venido desde la plaza donde lo dejó el poeta en 1986 cuando escribió este poema titulado “Plaza de Mérida”

Se tiende en el ancho suelo
un amarillo sol sin horas.
Sobre la taza de la fuente
dedos de un alma melancólica.
Viento en la rama de los árboles
doran las musicales hojas
(Ha de venir a verme un día
alguien que busca mi memoria).
Baja la tarde. Suben pájaros
hasta un grito de voz rota
del cielo último. Una pregunta
late en el alma de las cosas.
Sigo esperando mientras vivo
a alguien que historia de la historia
venga a conversar conmigo
en esta plaza, de mi pueblo, hermosa.

(Ed. Abanico,1986)

"EL MUSEO FERROVIARIO SE MUERE", Hoy (Badajoz), 11-8-96.
"EL RELOJ DEL AYUNTAMIENTO", Revista de Feria (Torremayor), septiembre 1996
40.-"EL YUNQUE DE UN POETA", Arco Iris (Mérida), Año IV, nº 1-2, 1996, pp. 23.
  
45.-"PALABRAS PARA UN HOMENAJE A LUIS ÁLVAREZ LENCERO CON MOTIVO DE LA EDICIÓN DE EL YUNQUE DE UN POETA", Camino hacia Ítaca (Mérida), nº 10, noviembre 1996, pp. 45-46.

"LA TERTULIA", Arco Iris, I.E.S. "Emerita Augusta", nº 1-2, 1997, pp. 14-15.

-"PETRI PORTILLO O LA PINTURA COMO EXPRESIÓN VITAL" (en colaboración con Carmen Pérez González), Mérida, catálogo de la Exposición de Pinturas de Victoria Caballero y Petra Portillo1997, p. 16.  
Como introducción, ésta puede ser una definición adecuada para acercarnos inmediatamente a la personalidad artística de Petri Portillo Collado: "Portillo pertenece a ese tipo de artistas que necesita indagar en la expresión de la materia hasta obtener la máxima belleza". No obstante, nosotros añadiríamos que Petri va más allá de la simple consecución de la belleza pues, primero, concibe su tarea artística como un medio de expresión vital y, después, procura que su creación sea estética. 
Tal certeza nos lleva a indagar en el origen de esa razón vital que siente Petri para hacer Arte y recordamos que siempre se dice que la obra de un artista es consustancial con su vida pero nosotros diríamos, por simple experiencia cotidiana, que esa afirmación no es totalmente cierta. Sin embargo, en la pintura de Petri se produce esa conjunción entre Arte y artista, porque su pintura es producto de su naturaleza indagadora y, a la vez, de su inconformismo frente a una realidad que no le gusta plenamente. Por eso, su Arte, sin dejar de ser un ejercicio lúdico, es el resultado del análisis que realiza sin tregua sobre el mundo que le rodea y de la lucha por superar la insatisfacción que la realidad le produce. 
Esta afirmación explica, por un lado, el uso variopinto de materiales que cambia con frecuencia intentando buscar respuestas a la vez que calmar su intranquilidad y, por otro, su gusto por la poesía, la fotografía y cualquier manifestación del Arte que pueda proporcionarle una luz que le aclare una realidad incomprensible. 
Para conseguir ambos extremos a Petri no le importa el riesgo y prueba con materiales poco usados tomando como base la tierra porque se siente materia originaria y, por eso, necesita tocarla, acariciarla, moldearla y modelarla con mimo. Y, como tierra, necesita albergar en su seno el metal hendido y también tocarlo y domarlo y doblegarlo como si se tratara de un triunfo del espíritu sobre la materia, de su íntima debilidad frente a la dureza del mundo, de su cálida naturaleza sobre el frío metal.
Así, por usar estos materiales tan conocidos, parece que su Arte es fácil pero no su elaboración que es como un parto creativo, pues hemos conocido su lucha con el material utilizado y podemos certificar que su esfuerzo creador es idéntico a una mezcla de hiel y ambrosía, porque enfrentarse a un lienzo en blanco le produce un estado de inquietud tal que sólo se le alivia cuando lo manchahasta llegar a cubrirlo por completo. 
 No obstante, su pintura podemos considerarla a medio camino entre la abstracción y la figuración, pues tras los colores, los volúmenes y las mezclas de los distintos materiales se vislumbran objetos que quieren ser identificados y, a la vez, desean preservar sus enigmas pues guardan sus secretos detrás de artesanales cerraduras sin llave o bellos contadores de agua, que  encierran misteriosamente algo que Petri no puede o no se atreve a desvelar y, por ese motivo, nunca aparecen abiertos ni tienen llaves para descubrir lo que guardan. 
Petri atesora una virtud y es que, a diferencia de otros artistas no le importa que le pregunten qué es, qué significa y qué representa lo pintado. A ella le gusta comentar (nunca traducir) lo que ha expresado y que le juzguen y valoren sus obras. Por eso, hemos conocido el tema de los cuadros que ahora expone: Se trata de una serie "de copas" y "botas", que ella ha creado mezclando arena y acrílicos fijados con lacas. Las figuras representan a personas que están de fiesta y las formas de las copas reflejan su estado de ánimo. Sin embargo, aunque el tema es el mismo en todos los cuadros, la textura de la tierra mezclada con el barro y los distintos pigmentos de la pintura dan lugar a escenas diferentes que ponen al descubierto la personalidad de Petri: cálida como la tierra y, a veces también, dura como el metal. 
 En la conjunción de tal extremo halla Petri la clave para conseguir efectos plásticos realmente sorprendentes.
                       
-"TRADICIÓN EDITORA EN EL I.E.S. EMERITA AUGUSTA"en web I.E.S. "Emerita Augusta",  2008 (aprox.).
La primera publicación que se recuerda en el instituto Emerita Augusta se denominó ACUEDUCTO, que fue coordinada por el profesor de Dibujo José Manuel Luque Rojo, responsable de las actividades culturales. El Consejo de Redacción estaba formado por un grupo de alumnos, que elaboraban artículos informativos, comentarios críticos, páginas de humor e, incluso, realizaron una entrevista a Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Esta publicación pionera tenía una presentación original, pues las hojas que formaban cada número iban sueltas dentro de las pastas. Editó varios números a mediados de los años 80 del pasado siglo.
 En el curso 1988-1989, esta labor editora continuó con la creación de la revista LOCA ACADEMIA DE FP por el profesor de Lengua y Literatura Antonio Salguero Carvajal, que publicó nueve números hasta el curso 1991-1992. Esta revista apareció para llenar la falta de un medio de comunicación en un instituto de Enseñanza Media de 1200 personas, que necesitaban de una tribuna para comunicar sus deseos y logros, trasvasar sus experiencias e inquietudes, informar, opinar y, en definitiva, establecer relaciones formativas más estrechas a través del contacto escrito con los demás integrantes de su comunidad educativa y su entorno, de una forma abierta, objetiva y crítica.
 Loca Academia de FP se estructuraba en varias secciones, que trataban de ofrecer un espacio a los diversos tipos de trabajos aportados por los colaboradores y apreciados por los lectores. La portada llevaba un dibujo que recogía un hecho destacado, que había sucedido durante el trimestre en el instituto, o alguna reivindicación del Consejo de Redacción como, por ejemplo, el número 1 del año II, que protestaba por la falta de medios, y lo traducía en la portada con la caricatura de un escribano del siglo XVI, que usaba pluma de ave y tinta barata.
 A continuación aparecían las secciones, que se denominaban de una forma original: Tararií (editorial), Se jace sabée (noticias), Informes Eméritos y Augustos(información), Entrevista con …, Historieta, La casa de la urraca (ecología), Hablando claro (crítica), Mural, Lectura a tope, Guay del Paraguay (música y cultura), Rincón de poetas, In corpore sano (deportes) y Chistes infinitamente malos y otras cosas peores (pasatiempos).
 La revista era elaborada de una forma artesanal: Se escribía a máquina, excepto varios números que se hicieron a mano, en protesta por la citada falta de medios. Los dibujos, títulos, adornos … se hacían manualmente igual que la maquetación. Los autores de las colaboraciones eran los alumnos, los profesores, la directiva y la Asociación de Padres. Los trabajos de los alumnos se canalizaban a través de los profesores de Lengua y Literatura, que aprovechaban para orientar a sus alumnos en la buena presentación y redacción. El profesor-coordinador maquetaba la revista y llevaba el original en formato A4 a la imprenta, donde se limitaban a imprimirlo. De esta manera se ahorraba el 50% de la edición, cuyo coste era de 28.500 pesetas, que se cubrían así: 12.500 pesetas con las ventas (a 50 pesetas el ejemplar); 10.000 de la APA y las 6.000 restantes del centro. La extensión del número se situaba entre las 24 y las 28 páginas.
 Loca Academia de FP consiguió salir puntualmente cada trimestre por los desvelos del Consejo de Redacción, que estaba formado por el profesor-coordinador y un grupo de veinte alumnos, que desempeñaba diversas funciones: buscar colaboraciones, corregirlas y pasarlas a máquina, hacer los dibujos, aportar trabajos y distribuir la tirada en el ámbito del instituto y su entorno inmediato. La difusión se realizaba enviando 50 ejemplares (de los 350 de la tirada) a instituciones, empresas y particulares.
 En el año 1992, se celebró la I Semana Cultural Conjunta de los Institutos de Mérida que, coordinada por el IFP Emerita Augusta, celebró 35 actividades durante cinco días, donde participaron alumnos y profesores de todos los centros de Enseñanza Media de Mérida. El medio de difusión de aquel evento fue la revista MINERVA, en la que se recogió el desarrollo de las actividades, se editaron los trabajos ganadores de los concursos convocados y se editaron otras colaboraciones. En la portada aparece el cartel ganador de la Semana Cultural.
 En el curso 1992-1993, la revista ARCO IRIS sucedió a Loca Academia de FP. La nueva publicación, que también fue coordinada por el profesor Antonio Salguero, tenía mejor presentación, pero era menos artesanal y más cara. Editó siete números (la mayoría dobles) hasta el curso 1996-1997. Arco Iris pretendía ser una continuación y una superación de la revista anterior: La portada era de diseño y a color; los títulos y los artículos estaban escritos y maquetados con un procesador de textos, aunque se procuró hacer este trabajo de una forma sencilla para que la revista no perdiera su carácter escolar.
 No obstante, aunque el proceso de elaboración era el mismo, la imprenta costaba tres veces más y la revista necesitó, para cubrir el coste de la tirada, incluir publicidad. La elaboración era realizada en recreos y alguna hora libre de clases por los componentes del Consejo de Redacción, formado por el profesor-coordinador y un grupo de alumnos. Publicaba un número en el primer trimestre del curso y otro en el segundo.
 El contenido de Arco Iris mejoró con respecto al de la revista anterior, porque se implicaron más profesores, que publicaban artículos y animaban a sus alumnos a la participación, y la tradición editora estaba calando en el centro. De tal manera que leer un número de la revista suponía conocer de primera mano la forma de pensar de aquellos jóvenes que, aunque aparentaban lo contrario, se mostraban muy conmovidos ante la guerra, la contaminación o la violencia y se interesaban por actividades deportivas y culturales.
 También en el curso 92-93 apareció en el IFP Emerita Augusta otra revista que tomó el nombre de EMPRESA ’92, una publicación técnica que no eludía incluir secciones de literatura, toros, costumbres o deportes. Era editada en el tercer trimestre de cada curso por los Alumnos de Prácticas en Alternancia, que conseguían con la coordinación de su profesor José Casillas Suárez, una publicación de categoría, que cuidaba por igual la presentación, el contenido, la elaboración y la difusión.
 Empresa ’92 se subvencionaba íntegramente con la publicidad de empresas de Mérida y su comarca. El Consejo de Redacción de esta revista completaba su actividad con el acto de presentación de cada número, que era un ejemplo de cómo se redondea la edición de una revista con una difusión adecuada y la atención a colaboradores, empresarios e instituciones que participaban en ella.
 Por último, la actividades de Prensa en el IFP Emerita Augusta se completó con la publicación de un LIBRO DE POEMAS de profesores, alumnos y personas de su entorno, que era editado y presentado puntualmente en el tercer trimestre. Esta actividad editora comenzó en el año 1989, cuando el profesor Antonio Salguero amplió la oferta editora del instituto Emerita Augusta con la publicación del poemarioEscritos del sentir(1989), que sería el comienzo de una tradición ininterrumpida durante los nueve cursos siguientes:
 Escritos del sentir reunió a nueve poetas, de los cuales siete eran noveles (Susana Carmona, Antonio García, Pedro Gómez, Ana Herrera, Santiago Hidalgo, María de Gracia Prieto y Julio César Sansano). Cada uno de estos jóvenes poetas tuvo un apartado, que iba precedido por un título donde se detectaba la influencia que ejerce en los noveles la concepción romántica del amor: “Todo comenzó así”, “Así te quiero yo” o “Ante el espejo del amor”: “Escucha sus preguntas, sus ruegos / y confíame sus deseos. // Tú, si de veras vives, / escúchame y dile que lo quiero” (“Dímelo”, Mª de Gracia Prieto).
 Poemas delreencuentro (1990) se tituló así porque en él coincidieron varios poetas que habían editado en algún libro anterior como Antonio Borrero, Pilar García, Félix Meléndez, Alfonso Ossorio o Luz María Tinoco. La voz de estos poetas delataba una sólida madurez en la trascendencia de sus reflexiones líricas: “Nosotros, los que vivimos la noche, / estamos adornando el mar. / Mar profundo, mar sublime. / Como sublime es también / la unión de nuestros labios / en la distancia” (“Estamos adornando el mar”).
 En horas de soledad(1991) editaron poetas consistentes que, sin embargo, apenas habían difundido sus creaciones en otros medios como Dulce Arribas, Antonio Bolaños, Abel Hernández, Francisco López-Arza , Ana Isabel Mora o Francisco Javier Parra. En este libro aparece por primera vez un poeta, Juan Miguel García Refoyo, de la tertulia literaria Gallos quiebran alboresque fue creada por entonces. Los libros sucesivos serán un medio aglutinador del grupo y un modo de difundir sus poemas:“Estoy pensando quién soy: / Unos dicen que nadie / y, otros, que no pregunte / y yo … / sencillamente tengo / los brazos rotos de / abrazar esperanzas” (poema sin título, Gª Refoyo).
 Manantial de secretos(1992), título que concibe la poesía como una fuente de sentires íntimos, es el libro de poemas de la I Semana Cultural Conjunta de los Institutos de Mérida, donde editaron los premiados en el concurso de poesía convocado para la ocasión (José María Visuara, Inmaculada Vega y Eva Jiménez), otros poetas jóvenes (Almudena Bernabé, Francisco Rivero, María García, Ángel Gil …) y algunos poetas más diestros en la poesía como Eladio Méndez -otro poeta de Gallos-, José Casillas y Concha Ribas: “Fue mi infancia: / Un jardín de rosas, / un mar de olas perladas, / un universo de infinitas estrellas, / con su luna de plata blanca. / […] / Ahora lloro estas ausencias / con melancólica calma, / mientras siembro mi jardín / de ilusiones maltratadas” (“Infancia”).
 Alma entre labios(1993) es, junto al anterior, un excelente título que destaca la voz del poeta sincero que, como el resto, fue elegido entre una selección de versos representativos de los poetas participantes. Este poemario lleva un prólogo de Rafael Rufino Félix, que también editó varios poemas: “A mis manos les doy blancos papeles, / y escriben, acarician y se alzan / buscando las alturas más celestes. / -Vuelven conmigo pájaros viajeros / a musicar la fronda de mi frente-“ (“Oficio de mis manos”). En este libro participaron poetas jóvenes (Soledad Aza, Antonio Luis Cangas, Rocío Gómez, Sergio Naranjo …), varios poetas de Gallos (Antonio Luis de la Cruz, Emilia Jiménez, Jesús Martínez, Antonio Salguero, Florencio Vaca) y otros poetas maduros como Julián Blasco y Antonio Carvajal: “El cielo parió una estrella, / la luna tenía cerco, / y del brocal de fuego de tu boca / brotaba un manantial de juramentos. / […] / Ya eres viento del norte que acaricia / de mi amor solamente la fachada, / porque el alma que me helaste aquel día, / no ha de abrirte ni puertas ni ventanas” (“Viento gélido”).
 Homenaje. A Jesús Delgado Valhondo(1994) es un poemario dedicado por veintitrés poetas a este vate emeritense apenas un año después de su muerte y elaborado, por tanto, con la influencia del impacto emocional que les supuso su desaparición: “Encontraste la vida de tu muerte, / buscada en el mundo de tu carne. / En el que dejaste, estío de julio, / el niño cojo ungido con vinagre. / […] / Retorna a tu descanso, hombre triste, / tu voz para siempre ya en tu tierra, / tu nombre para siempre con tu pueblo. / Descansa poeta, hijo de Mérida” (“Homenaje”, Sergio Naranjo).
 En este libro sobresalen los excelentes dibujos a plumilla de Juan Fernández Pinilla con los que expuso la huella que dejó en su ánimo el contenido de poemas como “La venta” de El año cero, “Coxalgia” de La esquina y el viento, “Doblar una esquina” de Aurora. Amor. Domingoo “Calle de la nada” de ¿Dónde ponemos los asombros? de Jesús Delgado Valhondo: “En esta calle de la nada solos / nos quedamos para siempre jamás. / Larga como la muerte en el camino. / Sin raíz y sin cielo que nos tenga / una manera de cantar la vida. / Nadie nos escucha, nadie nos sabe, / es inútil quemar a las palabras / que ya de nada sirven”.
 Homenaje. A Jesús Delgado Valhondo fue un libro presentado por alumnos del instituto Emerita Augusta con un diaporama, que destacó en el primer aniversario de su muerte la trayectoria humana, espiritual y lírica del poeta extremeño como reconocimiento a su entrega a la poesía durante más de sesenta años (1930-1993).
 Como mágico perfume(1995), sugerente título, acogió a treinta y un poetas noveles (Ana Blanca Camacho, Julián Fernández, Mari Carmen Gómez …), invitados (José María Aranda, Miguel Combarros, José Mª del Álamo, Alejandro Donaire, Fernando F. Mansilla, Fernando Galán, Pilar F. López, Juan José Pedrosa -poetas de Gallos- Alejandro Medina, Plácido Ramírez) y consagrados (Santiago Corchete, Rufino Félix), que conformaron un sólido poemario: “Mi huerto está sereno, lo alborotan / someros ruiseñores en la umbría / de sus aspiraciones, penas hondas / que la tarde declina con el sol / cayendo de lo alto; demudece / la voz en el ribero, y el reloj / detiene sus agujas numerosas / construidas de nieve” (“Inflexiones”, S. Corchete).
 Como mágico perfume también fue difundido con un diaporama, donde alumnos del instituto editor aprovecharon para realizar un repaso de la poesía de autores extremeños en la historia de la literatura española, comenzando por las primeras manifestaciones de nuestros poetas en la historia de la lírica española: El teatro en verso de Torres Naharro (“Himenea”), Meléndez Valdés ("Los aradores"), Juan Pablo Forner ("Pequeñez de las grandezas humanas"), Carolina Coronado ("Mérida"), Gabriel y Galán ("Varón"), Luis Chamizo ("Compuerta"), Manuel Monterrey ("La tristeza otoñal"), Alfonso Albalá ("Soneto de la tierra de secano"), Eugenio Frutos ("Inmortalidad"), Jesús Delgado Valhondo ("Gente"), Manuel Pacheco ("Las palomas"), Luis Álvarez Lencero ("Yunque humano"), Jaime Álvarez Buiza ("Un día de éstos"), Santiago Castelo ("Piedras de Jerusalén") y Luciano Feria ("¡Ah las palabras!).
 Este montaje fue recuperado en el curso escolar 2002-2003 y 2004-2005 por los alumnos del Taller de Teatro del citado instituto con la novedad de que la música utilizada ha sido del CD “Canto de gamusinos” del grupo extremeño Acetre, que ha sabido remozar con maestría el folklore extremeño en esta estupenda creación.
 Canciones de una abierta herida(1996) fue otro libro multitudinario donde participaron treinta y siete poetas distribuidos por edades en tres generaciones. En la primera, la de los noveles, destacaban Antonio Luis Cangas, Pedro Cerezo y Emilia J. Ruiz. En la segunda, la de los poetas maduros, llamaban la atención nombres nuevos como Pilar Fernández, José G. Ceballos, Marco A. González, Francisco Jorge Hidalgo, Martín Romero y Guillermo Segovia -poetas de Gallos- que, junto a otros poetas como Petri Portillo o Santiago Lorencio, imprimieron savia nueva a la tradición editora. “Abrazado a tu brazo, te beso eternamente, / y lentamente extiendo por tu piel mi caricia, / y bebo de tu beso, y libo la delicia / del goce de tu gozo febril e intermitente” (“Juglar”, F. J. Hidalgo). En la tercera generación, junto a nombres ya conocidos (M. Combarros, J. Casillas, S. Corchete, R. Félix), hubo incorporaciones de la talla de Juan Carlos Rodríguez Búrdalo.
 De nuevo los alumnos del Emerita Augusta montaron un diaporama para presentar debidamente Canciones de una abierta herida, ofreciendo una visión de los poetas españoles del siglo XX cuyos poemas, igual que los del libro, son canciones de la herida abierta en la sensibilidad de sus almas. Los alumnos realizaron un recorrido por las generaciones y poetas de la lírica contemporánea. Veinte recitadores declamaron poemas de Rubén Darío ("La marquesa Eulalia" y "Lo fatal"), Antonio Machado ("Campos de Soria"), Unamuno ("Morir soñando"), Juan Ramón Jiménez ("El viaje definitivo"), Lorca ("Vuelta de paseo" y "Romance de la pena negra"), Alberti ("Marinero en tierra"), Jorge Guillén ("Perfección"), Salinas ("Al decirte a ti: 'única'"), Gerardo Diego ("El ciprés de Silos"), Aleixandre ("Historia del corazón"), Miguel Hernández ("Elegía a Ramón Sigé"), Leopoldo Panero ("El viejo tronco"), Luis Rosales ("La casa encendida"), Blas de Otero ("Hombre"), Celaya ("Aviso"), José Hierro ("Interior"), Luis Antonio de Villena ("Un arte de vida") y Ana Rossetti ("Invitación de viaje").
 Almacén deilusiones, baúl de sueños rotos (1997) es un poemario con formato de revista, presidido por un título que quiere definir lo que es un libro de poemas, es decir, un lugar donde se mezclan esperanzas y desencantos. El libro va encabezado por un sustancioso prólogo de Francisco López-Arza y adornado con unos estupendos dibujos de Petri Portillo que ilustran el contenido. Treinta y ocho poetas participaron en este poemario que será el último editado en el instituto Emerita Augusta. Destacaron nuevos nombres como Francisco J. Carmona, Ana Castillo, Manuel Domínguez, Teresa Núñez e Isabel María Méndez: “No dejes / que la semilla de la injusticia / brote en nuestras tierras, / con sudor y sangre aradas. / […] / No los dejes, / porque entonces / habrás cavado la tumba de nuestros sueños, / en la tierra, donde / como un pequeño capullo / florecen deseos de justicia y libertad” (“La tumba de nuestros sueños”).
 Almacén de ilusiones, baúl de sueños rotos fue presentado con un diaporama, donde alumnos del instituto editor incidieron de nuevo en la poesía de autores extremeños con varias novedades: La representación de una adaptación de Himenea, pieza teatral de Torres Naharro; la puesta en escena del cuento extremeño "La flor de la lilá"; la proyección de los dibujos de Juan Fernández, que ilustraron la obra de teatro y el cuento, y la música compuesta para la ocasión e interpretada en directo por Juan Antonio Negrete (compositor e intérprete -acordeón y flauta-), Javier Leal (guitarra), Mercedes Carmona (voz y percusión) y Francisco Barjola (violín).
 En total, han intervenido en los libros de poemas más de 200 poetas locales y foráneos, noveles, conocidos y consagrados, de los que una representación participó en cada diaporama como muestra de la última poesía extremeña. Los diaporamas se representaron en colaboración con el Ayuntamiento de Mérida como una actividad de la Feria del Libro. El consistorio les cedía el salón de la Casa de la Cultura, le proporcionaba el equipo de sonido, le hacía la publicidad en el programa de la Feria y adornaba el escenario con macetas y flores del Centro "La Encina". Así unos aportando unas cosas, otros cumpliendo otras conseguían que, en un ambiente armónico de buen entendimiento, esta actividad se celebrara en cuatro ocasiones difundiendo la poesía contemporánea española y, en especial, la de poetas extremeños. El público supo siempre apreciarlo y en todas las ediciones abarrotó el salón de la Casa de la Cultura, mostrando que la poesía gusta a todos cuando se presenta de una forma agradable.
 La preparación de la edición y de la presentación de los poemarios duraba todo el curso: En octubre comenzaban los trabajos y finalizaban con su presentación durante la Feria del Libro. Se trataba, por tanto, de una actividad redonda en la que estaban implicadas decenas de personas entre los alumnos que desarrollaban el diaporama, los poetas que participaban en el libro editado y en su presentación y un grupo de personas, que colaboraban tanto en su presentación como en la edición, haciendo diapositivas y fotos, diseñando carteles, maquetando poemas y atendiendo a detalles técnicos.
 El entusiasmo de todos consiguió que estas actividades, que no eran frecuentes en un instituto, se convirtieran en tradición en el I.E.S. "Emerita Augusta".


"YA SOY TIERRA EXTREMEÑA", Extremadura (Cáceres), 23-7-97


"UN EJEMPLO DE COLABORACIÓN", Mérida, revista de Ferias (Mérida), septiembre 1997, pp. 59.
Hace ya cuatro años, el Instituto de Formación Profesional Emerita Augusta de Mérida  comenzó a colaborar con la Feria del Libro, que organizan conjuntamente los libreros de la ciudad y el Ayuntamiento. La colaboración del "Emerita Augusta" consiste en representar un diaporama, que es un montaje donde intervienen la narración, la recitación, la música, la luz y la imagen.
 El diaporama es preparado durante todo el año académico por los alumnos de 4º curso de Informática del "Emerita Augusta" como una actividad de clase, tomando como base el contenido del temario de la asignatura, que es Lengua y Literatura. Así el primer diaporama celebrado en junio de 1994, trató sobre la vida y la poesía del poeta emeritense Jesús Delgado Valhondo, al que se le dedicó un sentido homenaje con motivo del primer aniversario de su muerte.
  En el segundo diaporama, hicieron un repaso de la poesía de autores extremeños, comenzando por las primeras manifestaciones de nuestros poetas en la historia de la lírica española (El teatro en verso de Diego Sánchez de Badajoz y de Torres Naharro) hasta las últimas representadas por tres poetas (Jaime Álvarez Buiza -"Un día de éstos"-; Santiago Castelo -"Piedras de Jerusalén"- y Luciano Feria -"¡Ah las palabras!"), pasando por Meléndez Valdés ("Los aradores"), Juan Pablo Forner ("Pequeñez de las grandezas humanas"), Carolina Coronado ("Mérida"), Gabriel y Galán ("Varón"), Luis Chamizo ("Compuerta"), Manuel Monterrey ("La tristeza otoñal"), Alfonso Albalá ("Soneto de la tierra de secano"), Eugenio Frutos ("Inmortalidad"), Jesús Delgado Valhondo ("Gente"), Manuel Pacheco ("Laspalomas") y Luis Álvarez Lencero ("Yunque humano").
 En el tercer diaporama, los alumnos realizaron un recorrido por las generaciones y poetas de la lírica contemporánea. Veinte recitadores declamaron poemas de Rubén Darío ("La marquesa Eulalia" y "Lo fatal"), Antonio Machado ("Campos de Soria"), Unamuno ("Morir soñando"), Juan Ramón Jiménez ("El viaje definitivo"), Lorca ("Vuelta de paseo" y "Romance de la pena negra"), Alberti ("Marinero en tierra"), Jorge Guillén ("Perfección"), Salinas ("Al decirte a ti: 'única'"), Gerardo Diego ("El ciprés de Silos"), Aleixandre ("Historia del corazón"), Miguel Hernández ("Elegía a Ramón Sigé"), Leopoldo Panero ("El viejo tronco"), Luis Rosales ("La casa encendida"), Blas de Otero ("Hombre"), Celaya ("Aviso"), José Hierro ("Interior"), Luis Antonio de Villena ("Un arte de vida") y Ana Rossetti ("Invitación de viaje").
 El cuarto diaporama, versó también sobre la poesía de autores extremeños, aunque con varias novedades: La representación de una adaptación de Himenea, pieza teatral de Torres Naharro. La puesta en escena del cuento extremeño "La flor de la lilá". Los dibujos de Juan Fernández, que ilustraron la obra de teatro y el cuento. Y la música compuesta para la ocasión e interpretada en directo por Juan Antonio Negrete (compositor e intérprete -acordeón y flauta-), Javier Leal (guitarra), Mercedes Carmona (voz y percusión) y Francisco Barjola (violín).
 Además, los diaporamas han llevado aparejada la edición de un libro de poemas cada curso escolar: Escritos del Sentir (1989), Poemas del Reencuentro (1990), En Horas de Soledad (1991), Manantial de Secretos (1992, libro de poemas de la I Semana Cultural Conjunta de los Institutos de Mérida), Alma entre Labios (1993), Homenaje (A Jesús Delgado Valhondo) (1994), Como Mágico Perfume (1995), Canciones de una abierta herida (1996) y Almacén de ilusiones, baúl de sueños rotos(1997).
 Los cuatro últimos citados fueron presentados en los diaporamas que acabamos de describir. En total, han intervenido en los libros de poemas más de 200 poetas locales y foráneos, noveles, conocidos y consagrados, de los que una representación participa en cada diaporama como muestra de la última poesía extremeña. Estas actividades, que no son frecuentes en un Instituto, se han convertido ya en tradición en el I.F.P. Emerita Augusta, pues la edición de libros de poemas comenzó hace nueve años.
  El título de este artículo procede de la buena colaboración establecida entre Instituto Emerita Augusta y organizadores de la Feria del Libro pues, para celebrar los diaporamas, éstos le ceden el salón de la Casa de la Cultura, le proporcionan el equipo de sonido, le hacen la publicidad en el programa de la Feria y hasta tienen el detalle de ponerse en contacto con el Centro "La Encina", que amablemente lleva macetas y flores para adornar el escenario. Es decir, unos aportando unas cosas, otros cumpliendo otras consiguen que, en un ambiente armónico de buen entendimiento, esta tradición cumpla ya cuatro ediciones, difundiendo la poesía contemporánea española y, en especial, la de nuestros poetas.
 El público ha sabido apreciarlo y en todas las ediciones ha abarrotado el salón de la Casa de la Cultura, mostrando que, cuando la poesía se presenta de una forma agradable, gusta, porque con seguridad los sentimientos están en cada uno de nosotros, aunque superficialmente parezca que somos insensibles.

"RÉQUIEM POR ANTONIO CARVAJAL ROMÁN", Hoy (Badajoz), 19-2-98
"EL PREGONERO", revista de Feria (Torremayor), septiembre 1998, p. 5.
"EL PREGÓN", revista de Feria (Torremayor), septiembre 1998, p. 9.
"CUATRO POEMAS DE ANTONIO CARVAJAL ROMÁN", revista de Feria (Talavera la Real), septiembre de 1998, pp. 16 y 17.
                                  Antonio Salguero Carvajal
-"GALLOS QUIEBRAN ALBORES. Tertulia poética emeritense"El espejo (Badajoz), nº 4, 1998, pp. 17, 18 y 49.
 
"JESÚS DELGADO VALHONDO NO HA MUERTO", Hoy (Badajoz), 23-7-99

"HOMENAJE A JESÚS  DELGADO VALHONDO", Badajoz, Asociación de Vecinos Santa Marina, diciembre 1999.


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