(Barcelona, UOC, 2017)
La verdad es que abordé la lectura del libro sin mucho entusiasmo, pues no era un tema que me interesa en ese momento. Pero continué por su autora que, directora de la biblioteca municipal Juan Pablo Fornerde Mérida, la ha convertido a lo largo de los años en un centro cultural y en un modelo de buena gestión, a pesar de disponer de limitados recursos humanos y materiales. La clave se encuentra en que Leni Ortiz ha sabido sacar de ellos su máximo rendimiento, apoyarse en entusiastas colaboradores y mantener unas fluidas relaciones con asociaciones, librerías, escuelas, colegios, institutos, colectivos, fundaciones, organismos, empresas y medios de comunicación.
Así la biblioteca que dirige ha acabado con la idea de que debe ser un lugar de recogimiento monacal y ha propiciado otro tipo de ámbito variopinto y dinámico donde se dan cita personas de todas las edades y condiciones, paisanos y foráneos, niños y mayores, estudiosos e investigadores, lectores y curiosos para realizar actividades en torno al libro. En ella encuentran refugio clubes de lectura en varios idiomas para todas las edades y situaciones (jóvenes, maduros, discapacitados, excluidos sociales); edición y presentación de libros; concursos literarios; espacios de lectura fácil; actividades para chicos y chicas con síndrome de Down, discapacitados e inmigrantes; itinerarios literarios y poéticos; visitas guiadas a la biblioteca y al exterior; cuentacuentos; talleres; charlas de escritores; tertulias; conferencias; cursos de informática; Jornadas y Encuentros de diversas especialidades; participación en el Festival de Teatro Clásico y Emerita Lúdica…
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Portada del libro |
Mi relación con la biblioteca se remonta a final de los pasados años 80 cuando la utilicé como usuario e investigador y, a comienzos de los 90, le doné una copia de las revistas Alor de Badajoz, Arcilla y Pájaro y Anaconda de Cáceres y Ángelus de Zafra, que había reunido para elaborar un estudio de las revistas literarias extremeñas del Medio Siglo.
También por estas fechas participé durante varios cursos con mis alumnos en el Concurso de Redacción que convocaba la biblioteca y colaboramos en su sostenimiento, pues fuimos el centro educativo que supo mantener su participación cuando el concurso sufrió altibajos.
También por estas fechas participé durante varios cursos con mis alumnos en el Concurso de Redacción que convocaba la biblioteca y colaboramos en su sostenimiento, pues fuimos el centro educativo que supo mantener su participación cuando el concurso sufrió altibajos.
En 2006, las Jornadas sobre Juan Pablo Forner me dieron la oportunidad de colaborar con la biblioteca como miembro del comité organizador y como ponente con la comunicación titulada “Raquel, una tragedia de Vicente García de la Huerta”, que fue editada un año después en sus Actas. También este año intervine en el CD denominado Poetas en Mérida, donde participamos numerosos poetas emeritenses recitando nuestros versos.
En 2007, la biblioteca convocó el I Encuentro de grupos poéticos, al que respondieron Alcandoria, La luna sola, Babel, Poetas por la Paz y Gallos quiebran albores, grupo al que pertenecía y con el que participé exponiendo sus trabajos, publicaciones y actividades. En este año, además, un proyecto mío encontró apoyo en la biblioteca: el Itinerario Poético de Mérida, una ruta literaria para escolares que fue editada por su mediación y difundida en numerosas ocasiones por ella como una actividad cultural para mostrar los vestigios emeritenses a propios y extraños y, a la vez, fomentar la lectura con los comentarios de cada monumento y la recitación de los poemas que los complementan. También en esta actividad he actuado de guía para distintos grupos.
En 2009, la biblioteca volvió a propiciar la edición de otro de mis libros titulado Catálogo de artículos y cartas de Jesús Delgado Valhondo, para conmemorar el Centenario del nacimiento del poeta emeritense. Además, en 2013, la biblioteca propició la edición de Como un río sonoro de manzanas, la sexta antología poética de la Asociación Cultural Gallos quiebran albores de Mérida, donde participé junto a los poetas de esta mi Asociación. Y, actualmente, la biblioteca está pendiente de la edición de mi libro Mérida Abarcable (1950-1960). Aparte he colaborado y/o asistido a bastantes actividades organizadas por la biblioteca y, hace unos meses, le he donado la amplia documentación que acumulé para elaborar mi tesis doctoral "La poesía de Jesús Delgado Valhondo".
En cuanto al libro, Biblioteca. El servicio público con corazón, debo decir que conforme avanzaba en su lectura me ha ido ganando, pues en él me he informado de los objetivos de la biblioteca municipal Juan Pablo Forner, que exceden la mera dispensa y recogida de libros porque concibe la lectura como una actividad prioritaria para el desarrollo personal, intelectual y social de las personas.
Lo mismo me ha gustado conocer que uno de los objetivos de la biblioteca sea realizar una labor social admitiendo a todo tipo de personas sin mirar su condición física o psíquica, nivel de conocimientos o procedencia social, religiosa o política. Así todos encuentran refugio (de ahí el subtítulo “servicio público con corazón”) y acomodo (adaptaciones personales) en un espacio generador de un bienestar que supera el aspecto físico y cultural, pues ofrece calor humano y protección en su cálido y seguro ámbito, donde todos se sienten acogidos.
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Magdalena Ortiz Macías |
Así la biblioteca se ha convertido en un lugar de encuentro de personas y de culturas, que aprenden a aceptar y respetar a los demás con sus diferencias, a la vez que amplían su visión del mundo. De este modo, todos, niños y mayores, paisanos y foráneos, discapacitados y síndromes de Down, desempleados y migrantes, reciben el beneficio de la riqueza cultural que proporciona la biblioteca haciendo ciertas estas rotundas afirmaciones de Jesús Delgado Valhondo: “Un libro es un monumento. Muchos libros, una ciudad monumental, un mundo. Una biblioteca, un universo.”. (Por cierto, qué bien quedarían estas bellas palabras expuestas con letras grandes en un lugar visible de la biblioteca...).
En fin, el libro de Leni Ortiz me ha gustado por la interesante información que contiene y porque me ha descubierto que la biblioteca municipal Juan Pablo Forner sigue un proyecto, que no está ahí a lo que salga, sino que tiene muy claro que no es una simple expendiduría de libros sino todo un centro cultural, cuyo corazón se manifiesta diariamente en la atención integral de las personas.
asalgueroc